viernes, 3 de octubre de 2014

REMOJÁNDONOS EN LAS CATARATAS DE IGUAZÚ

Nuestros cuatro días de vidorra, comilonas, buenos vinos y paseos entre viñas y montañas llegaron a su fin. Era hora de proseguir camino, y el siguiente destino no era menos atractivo: nada más y nada menos que las cataratas de Iguazú, una de las siete maravillas naturales del mundo.

No nos quedó más remedio que hacer una parada en la ciudad de Córdoba, ya que la otra opción era meternos 33 horas de autobús seguidas entre pecho y espalda. Como dirían los gaditanos, "casi ná...". Además, tras hacer muchos cálculos, nos dimos cuenta que salía más caro hacerlo del tirón que ir hasta Córdoba, dormir allí, y pillar otro bus hasta Puerto Iguazú, parada final.

El alto en la ciudad de Córdoba fue más que nada para descansar y dar un par de paseos, ya que en mi humilde opinión Córdoba no tiene mucho que ofrecer.

Al día siguiente, esta vez sí, enfilamos dirección a Puerto Iguazú, el pueblo más cercano a las cataratas del lado argentino. Fueron 22 horas de viaje que gracias a las películas y a la comodidad de los autobuses argentinos se hicieron muy llevaderas.

Nada más llegar a Puerto Iguazú decidimos coger un bus más pequeño para cruzar a la ciudad de Foz, Brasil. Pero nuestro objetivo no era ver las cataratas desde el lado brasileño, ya que hay que pagar otra entrada, sino conseguir dólares americanos fuera como fuese. Esto lo explicaremos con más calma en la guía de Argentina, pero jamás, nunca, se os ocurra entrar sin dólares. Puedes perder casi un 80% del valor de tu moneda si no te acoges al tipo de cambio no oficial, el "dólar blue"... Pero bueno, ésto, como he dicho antes, lo explicaremos más adelante.
Cumplimos el objetivo en Brasil de aprovisionarnos de dólares hasta las orejas y cruzamos de nuevo al día siguiente al lado argentino, para buscar un sitio como base de operaciones. Acabamos en el "crazy summer", un hostal muy tanquilo a pesar de su nombre, llevado por Jorge y Luzmila, una pareja encantadora que te hacían sentir como en casa.

Al día siguiente fuimos al Parque Nacional Iguazú emocionados, con nuestro ticket para, además de verlas desde el circuito inferior y superior, meternos en el agua y acercarnos lo más posible con una lancha.
Desgraciadamente, el nivel del agua estaba terriblemente alto, por lo que no era seguro embarcar en el puerto principal. Nuestro gozo en un pozo, la aventura de la lancha se desvanecía por momentos. La única posibilidad era coger un tour más completo con camión, que te dejaba 6 kilómetros más abajo, y subir el río con la lancha hasta las cataratas. El precio, más del doble... Pero es aquí donde nuestra brillante operación financiera nos ayudó, ya que el precio, al nuevo tipo de cambio, era mucho más accesible. Tras dudar durante un buen rato, pensamos que sería la única vez en nuestra vida que lo podríamos hacer, por lo que mandamos todo al carajo y lo contratamos.

Antes del gran tour de aventura acuática, hicimos los dos circuitos a pie por nuestra cuenta, donde tuvimos que luchar contra hordas de jubilados en viaje organizado para abrirnos paso. Con lo resbaloso que estaba el suelo pensé en el tumulto que se podría organizar si algún anciano se resbalaba y se quebraba su cadera osteoporósica. Habría sido como las montoneras de San Fermín pero sin toro.

Tras adelantar a los grupos pudimos disfrutar de un poco de tranquilidad para admirar esta auténtica maravilla de la naturaleza. Las cataratas están formadas a su vez por diferentes saltos de agua, desde los que ésta cae con una fuerza brutal desde distintas alturas. Y todo esto en mitad de un entorno selvático. Realmente impresionante.
Terminados los circuitos fuimos a comer algo, y empezaron los nervios porque después tocaba lo mejor: la lancha. Nos pusimos el traje de baño (gracias Dino por avisar), y nos montamos en un camión abierto selva adentro. Por el camino vimos monos y árboles, pero lo que nosotros queríamos era la parte emocionante, la de mojarse en el agua. Porque ver las cataratas es increíble,  pero vivirlas es la leche.
Por fin guardamos nuestra ropa en una bolsa waterproof y nos adentramos río arriba a través de los rápidos hasta el pie de las cataratas. El viaje en sí por el río es muy emocionante, con la lancha pegando saltos que provocan gritos de disfrute. Luego te dan una vuelta para que saques las fotos de bien cerquita, y después viene lo bueno... Te advierten para que guardes tu cámara de fotos en la bolsa hermética y te meten de lleno en la catarata, justo debajo, al lado de donde rompe el agua.
Con la fuerza que rebota el agua no puedes prácticamente ni abrir los ojos, pero cuando los abres no ves más que agua por todos lados. Nos sentimos por momentos como en mitad de un naufragio, totalmente empapados y sintiendo los botes que pegaba la lancha. Aquí tenéis un vídeo de justo antes de entrar al primer remojón...

Tras ésto, con la sonrisa de dos niños que saben que acaban de vivir algo único, nos retiramos al hostal, donde lo celebramos con Juan, un valenciano atómico que lleva catorce años en Argentina, su mujer, y una pareja joven de Burdeos. Nos sentamos a tomar una cerveza con una picada típica argentina a las siete de la tarde y acabamos a las dos de la mañana tras múltiples risas y viajes a la gasolinera a por más cerveza. Y es que, como dice el "gran Canelón", pervertimos hasta a una monja de clausura...

DATOS PRÁCTICOS:
- Entrada al Parque Nacional Iguazú: 215 pesos. Allí todo es más caro ppr lo que os recomendamos llevar agua y comida si andais justos de pasta.
- Tour en lancha+camión por la selva: 450 pesos. Recomendamos llevar bañador y chanclas durante la travesía y toalla y ropa de recambio, ¡te empapas!
- Autobús ida y vuelta al Parque Iguazú: 80 pesos. Un taxi para 4 personas cuesta lo mismo y ahorraréis tiempo.
- Hostal en Puerro Iguazú: Crazy Summer, 250 pesos con buen desayuno, wifi y cocina. Fantástico!!!
- Autobús Córdoba-Iguazú: 1000 pesos.

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5 comentarios:

  1. Muy bien pirata Pisarello , ya nos explicaras en que consiste el dollar Blue . Me alegro que las enseñanzas del viejo sobre liadas nocturnas os hayan servido tanto

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    1. Intentaremos publicar lo del dólar blue enseguida, es una información muy valiosa para viajar a la Argentina!!!

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  2. Qué pasa, sufridores! Desde Villa Hipser Mediterraneo os enviamos saludos yo misma y el Maestro Jun alias "japonés errante". A seguir dando envidia, pibes!

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    1. Aix, como se entere el colectivo hipster de que lo he escrito mal, me curran...en fin...

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    2. Eiiiiiii, esos hipster barceloneses, qué ilusión!!! Por aquí como veís todo fatal, con ganas de volver... aunque no de momento!!!! Un abrazo!!!!

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