El día anterior, los novios tuvieron que construir juntos una cabaña en la que poder dormitar hasta las 6 de la mañana del día siguiente, cuando tocaba purificarse en el río con el agua del volcán Chimborazo, y eso que debía estar helada....
Sobre las 10.00h, llegó el momento de la ceremonia con todos los invitados, y allí estábamos nosotros, emocionados y dispuestos a colaborar en lo que hiciera falta. El chamán que dirigía la ceremonia nos pidió a todos que conectáramos con los cuatro elementos. Canelón lo consiguió, pero yo que soy más empírica, incrédula, superficial o lo que sea, me vi un poco perdida, y aunque intenté conectarme con la Pacha Mama, no lo conseguí...
Aún así, la ceremonia me pareció preciosa. Me llegó especialmente la música escogida, con sonidos de violín y tambores antiguos que hacían vibrar todas las partes de tu cuerpo. Todo fue muy emotivo y especial, con gran contacto con la naturaleza. Estuvo presente el fuego, la tierra, el amor, la tradición, la sencillez.... fue una mezcla de muchas cosas que te llevaban a una sola: la alegría. Todo el mundo se sentía feliz.
Tras la ceremonia, como en cualquier otra boda, los novios ofrecieron un gran banquete en el que nos pusimos lilis... Para empezar, un homenaje a las raíces del novio: surtido de ibéricos que nos supo a gloria ¡Comer jamón del bueno en Ecuador sabe mil veces mejor! Continuamos con un festival del maíz, cocinado de distintas formas, estaba tan delicioso que los platos volvían limpios a la cocina... Encocado de corvina, pollo glaseado con mostaza y miel con su ensalada fueron los platos fuertes (no quedaron ni las raspas), y para acabar un helado artesanal de paíla.
Tras comer como boas llegó la hora del baile... Al principio, por el mal de altura, nos faltaba el aire y no podíamos dar ni un paso sin ahogarnos, pero después de cuatro gin tonics ecuatorianos, bailamos la macarena, los gorilas de Melody, la flaca de Jarabe de Palo, contigo de Enrique Iglesias y hasta el caballito de palo... un hit ecuatoriano que ya forma parte de nuestro viaje. ¡Nos lo pasamos bomba!
Al día siguiente, hicimos una bonita excursión con todos los invitados de la boda al tren Nariz del Diablo, ¡muy recomendable! Desde el tren pudimos apreciar la belleza de la naturaleza de Ecuador, un país de una diversidad alucinante.
Antes de montar en el tren, conocimos de cerca la artesanía típica de la zona, como el tagua, una semilla de un tipo de palmera que al trabajarla adquiere aspecto de marfil, de hecho se le llama el marfil vegetal. Actualmente se exporta a diferentes países para la confección de botones y artesanía. Y también las pinturas de Tigua, que se pintan con acrílico sobre piel de borrego, reflejando paisajes y tradiciones ecuatorianas. Fue un día muy bonito donde, además de conocer las bellezas del Ecuador, tuvimos ocasión de relacionarnos un poco más con las familias de los novios, ambas encantadoras.
Sin duda, una suerte poder disfrutar de una boda tan bonita y diferente. Y con la resaca bodil, nos vamos a Montañita, un pueblo muy surfero y lleno de turistas. Os lo contamos en el siguiente post...
DATOS PRÁCTICOS:
- Alojamiento en Riobamba: Hotel Montecarlo. Precioso hotel colonial con buen desayuno bufé, agua caliente, ordenador y WIFI. 32 dólares.
- Tren Nariz del Diablo: está en Alausí. Es necesario llevar fotocopia del pasaporte. Precio: 35 dólares. ¡Muy recomendable!
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Jajaja le estoy viendo a Canelón totalmente conectado con los elementos y tu con cara de situación hahahaha. Q gozada de boda! Q envidia!
ResponderEliminarFue una boda muy bonita!!!! La próxima firma, para que podamos saber quien eres!!!! Un abrazo fuerte!!!!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarapa chic@s!! Cris ta Ido gara!! zein polita esperientzia! eskerrik asko gurekin banatzeagatik!!! musu mordo bikote!!
ResponderEliminarKaixo bikote!!! Hau poza zuen mezua jasotzea!!! Hemetik dana primeran, musu pilo!!!
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