viernes, 23 de enero de 2015

ATERRIZAMOS EN PHUKET...

Después de desayunar en Bali y comer en Singapur, por fin llegamos a Tailandia justo para la cena. Como era tarde y veníamos cansados, decidimos dormir en un hotelucho cerca del aeropuerto. No nos sorprendió que los taxistas nos pidieran precios desorbitados para un tramo de 2 km, pero sí que no se bajaran del burro.

Phuket es la isla más grande y popular de toda Tailandia así que, como imaginaréis, hay mucho turista que se deja caer por aquí. Como casi todos pagan lo que los taxis les piden desde un principio, sin intentar negociar ni un poquito, en esta zona casi se ha extinguido la tradición tan asiática del regateo. Nos tocó pues separarnos un poco de la zona guirnalda y seguir buscando, hasta que por fin dimos con un taxista que entró en razón, y es que en Tailandia todo se puede. Sólo hay que tener paciencia.

Al día siguiente, los del hotelucho nos llevaron de gratis al aeropuerto, por lo que ahorramos en tiempo y regateo, además de unas perras. La idea era coger desde allí un autobús hasta Phuket Town que, aunque no lo visita ni Chus, habíamos leído en algún rincón perdido que no estaba nada mal.

Conseguimos dar con el autobús naranja, pero nos llevamos una sorpresa, pues estaba averiado. En un principio nos dijeron que era cuestión de media hora y, al cabo de media hora, que por lo menos necesitaban una hora más... Aquí es cuando los pocos viajeros que había cogieron sus cachibaches y se piraron en taxi. Nosotros, como no tenemos prisas ni dinero, decidimos esperar comiendo un plátano.

Una hora y media más tarde de lo previsto, por fin íbamos caminito a Phuket Town. No sabíamos muy bien qué esperar del pueblito, pero la verdad es que nos gustó. Nos bajamos en la única parada que había en Phuket Old Town y, mientras obserbávamos los suelos abaldosados y los edificios de arquitectura portuguesa de la época colonial, topamos de morros con una guesthouse que nos dio en la nariz. Por la pinta, pensamos que iba a ser más cara, pero resultó ser todo un chollo en el que pasar dos días.

Duchaditos y con ganas, nos dimos una vuelta por el pueblo, que se ve en un día y, si te apuras, en media tarde. Al ver una tienda de libros de segunda mano, pensamos que una guía de Tailandia no nos vendría nada mal, porque depender sólo de la wifi de los hostales baratos no es fácil... Buscamos la FootPrint o la Rough Guide, pero no nos sorprendió encontrar Lonely Planets a cascoporro...

Como estaba barata la pillamos y nos fuimos derechitos a comer la mejor sopa que han probado nunca nuestros paladares: una pork noodle soup por 74 céntimos de euro que te eleva hasta el Nirvana. Por supuesto, repetimos al día siguiente, con bien de picante, hasta hacer llorar a los ojos.

Con el buche lleno, seguimos rulando, viendo algún templo por el camino, aunque nada espectacular. Aún así, nos gustó caminar por Phuket Town, pues desprende esa solera de las ciudades "viejunas" que tanto nos gustan.

Al día siguiente, bien temprano por la mañana, cogimos un swangthew para pasar el día en las playas de Surin y Komala. Para ser temporada alta nos pareció que no había demasiada gente y estuvimos muy a gusto leyendo nuestra nueva guía y comiendo arroz frito y noodles picantes sobre la arena.

Así pasamos los dos días en la colonial Phuket Town, y llegado el tercero, tocaba hacer las mochilas de nuevo para montarnos en un barco que nos llevara a las famosas islas que tanta fama otorgan a la región de Phuket. A las que va todo pichibirichi es a las Phi-Phi Island así que se ven carteles de tours a las Phi-Phi por todas partes. Al parecer, antiguamente eran hippies, pero hace ya tiempo que son pijas. Ni podemos gastarnos dinerales ni queremos estar en la playa con otros 15.000 guiris, así que pasamos de largo de las Phi-Phi y continuamos hasta Ko Lanta.

Con dos días tuvimos suficiente de islas, y el cuerpo empezó a pedir guerra y acción. Además, después de estar en Fiji, las Phi-Phi y sus hermanas se quedan cortas... Guardamos el bañador en la mochila y, playeras en los pies, nos pusimos rumbo hacia la Tailandia menos turística, donde nadie habla ni papa de inglés. Nos pasaron un montón de cosas que os contaremos en breve... ¡Hasta la próxima!

DATOS PRÁCTICOS:
- Bus del aeropuerto a Phuket Old Town: 30 bahts, una hora.
- 99 Old Town Boutique Guesthoues, en Thanand Road: 700 baths la habitación privada, con baño, wifi y desayuno.
- Pork Noodle soup por 28 baths, en Boat Noodle, en la calle Phang-Nga Road.
- Swangthew a las playas de Surin y Komala: 30 bats. El último sale a las 16.00 de vuelta a Phuket.
- Comida en la playa de Surin, 50 baths en los puestitos callejeros.
- Barco a Ko Lanta, con escala en Phi-Phi: 700 baths.

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2 comentarios:

  1. Aquí seguimos volando por el mundo con vuestros comentarios. Gracias por el viaje

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    1. Gracias a ti por comentar y ser como eres!!! Un abrazo grande

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