miércoles, 14 de mayo de 2014

HUÉ, LA CIUDAD IMPERIAL BOMBARDEADA

Nada más pisar la histórica Hué, la antigua capital imperial de la dinastía Nguyen, nos pareció una cuidad bastante ruidosa y sucia... Sabíamos que escondía todo su encanto en la Ciudadela, así que, a pesar de la lluvia y la humedad pegajosa, comenzamos a caminar hasta llegar a su entrada (Dato práctico para dormilones: Horario de 8.00h a 17.00h). Una vez dentro, solo pudimos abrir la boca y respirar años y años de historia.
La Ciudadela de Hué esconde en su interior un montón de Templos, residencias y lugares de interés. Pero lo que más llamaba mi atención, eran sus puertas (claro que lo mío con las puertas es enfermizo...) ¡No me digáis que no es impresionante!:
 Cuanto más nos adentrábamos en la Ciudadela, íbamos percatándonos de que fueron múltiples los bombardeos que le tocaron vivir a esta ciudad. Ruinas, edificios calcinados y otros deterioros nos lo contaban en primera persona. Aún así, la reconstrucción llevada a cabo por el Gobierno vietnamita, ha devuelto parte de su belleza original a este entorno cultural nombrado Patrimonio de la Humanidad en 1993. 

La mayoría de la gente contrata un guía para que les vaya explicando todo, pues hay mucho que ver, pero nosotros fuimos a la brava y, sí, nos perdimos.... Y al intentar reencontrarnos, además de dar un par de vueltas de más, dimos con estos tanques y aviones de la guerra que a Canelón debieron de recordarle a su infancia, cuando jugaba a guerrillas con los Gijoes...
No paró de sacar miles y miles de fotos, ¡y hasta se metió dentro de un tanque! Desde allí, retrató esta instantánea en la que podemos apreciar mucho óxido.... Y también se ve la ventanita desde donde disparaban a diestro y siniestro. Yo confieso que a mí estas cosas de la guerra no me van demasiado, me ponen un mal cuerpo que pa qué...

Tras recorrer las ruinas y acabar con los pies molidos, tocaba cervecita y cenuki rica, pues Hué goza de una de las gastronomías más variadas de todo Vietnam. Cuenta la leyenda, que un Emperador malvado amenazó a su cocinero de muerte si le servía un plato que ya había comido con anterioridad. El pobre cocinero tuvo que estrujarse el cerebro y agudizar mucho el ingenio, creando cada día nuevos menús que contentaran al Emperador. Se dice que ésa es la razón por la que Hué disfruta de gran variedad de platos en su cocina. ¡Lo mejor es probarlos! Así que nada de pizza, ¿eh?...
Al día siguiente, nos hubiera gustado visitar las Tumbas Imperiales y navegar por el río del Perfume, pero el tiempo no acompañaba, ¡llovía a cántaros! Así que decidimos poner pies en polvorosa y partir hacía la maravillosa Bahía de Halong. Allí nos vemos...


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*NOTA PARA QUIEN VIAJE A HUÉ:  Para más información sobre la Ciudadela de Hué, os dejamos este link a un artículo escrito por Vietnamitas en Madrid, que consideramos una guía muy práctica para la visita. Y este otro link para que os empapéis un poco sobre las Tumbas Imperiales.

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