sábado, 28 de junio de 2014

DOS DÍAS EN QUITO SIN MOCHILAS...

Al llegar a Lima e ir al counter de nuestra "querida" aerolínea TAME, nos dieron la tarjeta de embarque para Quito, pero nos dijeron que entre ellos e Iberia la habían liado, por lo que las mochilas, que ya estaban en Lima, no viajarían con nosotros. En fin, empezar un viaje así sin contratiempos sería demasiado aburrido, por lo que lo aceptamos, pusimos la reclamación sin mayores aspavientos y nos fuimos a nuestro hostal. Se supone que al día siguiente nuestros amigos de TAME nos llamarían para decirnos que nuestra mochila ya había llegado a Quito... 

Tras una buena sobada más que merecida después del tute de viaje que nos habíamos pegado, comenzamos nuestra jornada quiteña bien pronto por la mañana. Habíamos oído terribles historias de secuestros express, robos en transporte público y demás. Pero la primera recomendación de nuestra casera Jenny fue que fuéramos dando un paseo hasta el centro histórico, a unos veinte minutos a pie. Nos dio las primeras indicaciones, el resto, al no tener ningún mapa todavía, quedaría a expensas de nuestro saber hacer. 

Dicho y hecho, tras preguntar a unas seis personas más, llegamos al centro histórico de Quito. Nos quedamos absolutamente impresionados de los edificios coloniales, iglesias y catedrales del siglo XVI y XVII, un montón de gente de diferentes etnias vendiendo productos de todo tipo. Nos pasamos toda la mañana visitando iglesias (quién nos lo iba a decir), algunas de ellas impresionantes, como la Iglesia de la Compañía de Jesús, absolutamente recubierta, hasta el más mínimo detalle, de pan de oro de 23 quilates. Tardaron en construirla 130 años (la obra la llevaron a cabo los jesuitas), lo que no es extraño teniendo en cuenta el barroquismo de la construcción.

También vimos el Palacio Presidencial, abierto por Rafael Correa para el disfrute de los ecuatorianos. No sé el por qué, pero tras la visita se me quedó impregnado un tufillo a populismo que me hace pensar que es una cortina de humo para que no se fijen en todo lo que estará robando. Espero equivocarme.

Tras comer en un sitio que nos recomendó una señora por 2,5USD (sopa, estofado de chancho con arroz, macedonia y jugo de piña), nos dirijimos al Museo Nacional, de entrada gratuita. Este se encontraba un poco lejos, por lo que tuvimos que coger primero un bus (0,25USD) y luego patear un rato. El museo era muy interesante, con arte precolombino y colonial (este último casi todo de cruces, santos y demás, el monotema español). Desgraciadamente, el museo cerraba antes por el partido de Ecuador vs Francia, por lo que decidimos ir a pata hacia la zona de Mariscal para ver el partido con ellos tomando unas buenas birrolas. Nos hicimos coleguillas de los de la mesa de al lado, nos volvimos unos fans más de la Tri, pero desgraciadamente empató y la largaron para casa. El sol ya empezaba a ponerse, por lo que poco a poco nos encaminamos hacia el hostal, bastante cansados.

El día siguiente amaneció temprano, ya que nuestros amigos de TAME no habían llamado el día anterior y era imposible contactar con ellos por teléfono. Me desperté a las 05:30, me puse la cinta de John Rambo en la cabeza y me fui para el aeropuerto con otra gente del hostal, para ahorrar costes.

Tras una larga conversación con una chica de TAME, le insté a que me dejara ir a las bodegas de la aerolínea para ver si las mochilas habían llegado el día anterior. No estaba muy por la labor, pero creo que al darse cuenta de lo pesado e insistente que puedo llegar a ser, aceptó. Primer objetivo conseguido. Desgraciadamente, tras pasar los controles, escáneres y dejar mi pasaporte en consignación (era una zona exclusiva para personal del aeropuerto), llegué a la bodega de TAME, rebusqué y no encontré NADA. Bueno, qué le vamos a hacer, le digo a la chica que tiene que hablar con Lima ya que las maletas estaban ahí. Escurre el bulto y me dice que eche un vistazo en el resto de las bodegas de las otras aerolíneas. Miro, re-miro, y nada, pero justo antes de salir por la puerta, veo la cincha azul de mi mochila sobresaliendo en una de las bodegas, pego un alarido, le indico que está ahí,  que ese azul celeste es de mi querida mochila nueva LOWE ALPINE Cholatse 50:60. No veía la de Canela, pero la chica me dijo que sí, que ella veía otra mochila al lado. Gracias a Dios, Buda, Alá, o quien sea. "Esa bodega es de LAN, no tengo acceso, tendrá usted que reclamar ahí". Anda si voy a reclamar, hacia allí que me encamino con paso firme. Vuelta a pasar los controles de seguridad para volver a la zona de pasajeros. Os podéis imaginar que explicar el caso a una azafata de una aerolínea, en la cual ni siquiera has volado, no es sencillo. Pero tras darle mucho la brasa conseguí que hablara con Emilio, la persona encargada de la bodega de LAN. Confirmó que las mochilas eran las nuestras, aleluya, prueba conseguida. Tras tres horas y media llegué al hostal, donde Canela me esperaba nerviosa, por si me había pasado algo. Abrazos, besos, risas y alegría, no hay nada como estos sucesos para que aprecies todavía más todo lo que tienes.

Tras esto, teleférico con vistas de toda la ciudad, y lo que habíamos reservado para el final: La Capilla del Hombre, de Oswaldo Guayasamín, pintor fetiche de Canela. No hay palabras para describirlo. Simplemente pediros, a todos los que visitéis Quito, que no dejéis de verla. Si no os emocionáis, deberíais de plantearos si realmente estáis vivos. Sólo puedo decir, que tanto Canela como yo volveríamos cien veces. Por cierto, la entrada incluye guía gratuito, tanto para la Capilla del Hombre como para la casa del artista, que también se puede visitar. Todos aquí le llaman "El Maestro", apodo que se lo tiene merecido con creces. La subida, si vais en Ecovia (parada Bellavista), se las trae. Es como una pequeña peregrinación hacia un templo construido por y para el Hombre.
"Por los niños que
cogió la muerte
jugando, por los
hombres que
desfallecieron
trabajando, por los
pobres que
fracasaron
amando, pintaré
con grito de
metralla, con
potencia de rayo y
con furia de
batalla"
                 Guayasamín

DATOS PRÁCTICOS:
- Alojamiento: Hostal La Rosario, 27 dólares. Muy limpio, agua caliente y wifi. Muy cerca también se encuentra el Hotel Margarita,  24 dólares. Limpio, agua caliente y wifi.
- Transporte: todos los autobuses (metrobus, ecovía, trole...) cuestan 25 centavos.
- Para comer barato: pedid siempre almuerzo (esto airve para todo el Ecuador), no comáis a la carta. Normalmente te sirven una sopa y te dan un segundo a elegir, además de un vaso de jugo. Algunos incluyen postre pero no es lo habitual. Cuestan desde 1.50 a 3.50 dólares. En Quito nos gustó mucho la cafetería La Modelo, en el centro.
- Entrada al museo Capilla del Hombre: 6 dólares.
- Billete para el Teleférico: 8 dólares.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

MIL GRACIAS POR COMENTAR!!! Intentaremos responderte, aunque no sabemos cuando...