Pasar del caos y la modernidad de Tokyo a la tranquilidad de Kyoto fue como cuando coges vacaciones y aterrizas en una playa, que necesitas unos días para dejar de pensar en los excel y el teléfono móvil, pero nos hemos hecho a esta ciudad sin problemas.
Por la mañana trabajamos unas 3 ó 4 horas y después, además de comer un buen ramen y charlar con los simpáticos chicos de la guesthouse, tenemos todo el día para recorrer las calles de Kyoto con calma. ¡Y qué mejor plan que sentarse con un cafecíto a contemplar los sakuras!
Los cerezos han florecido, vistiendo a la ciudad de rosas y blancos que se merecen todas las fotografías que turistas y locales les dedican a cada minuto. Este precioso espectáculo que nos brinda la naturaleza se desluce bastante en una imagen de móvil, pero en directo te hace abrir la boca. Desde lejos, da la sensación de que los árboles están totalmente nevados.
Dicen los japoneses que con la lluvia todas las sakuras desaparecen, y como hay previsión de agua para los próximos días, vamos a pasear entre los cerezos para admirarlos durante un buen rato. Hasta que nos den las tantas. Tachamos un imperdible de nuestras cosas que ver antes de morir...
¡FISGA, COTILLEA Y SÍGUENOS!
CONTACTO: canelaycanelon@gmail.com
Ainnsssss, que potito todoooo!!!!!
ResponderEliminarMe falta una foto vuestra con kimono debajo de un cerezo en flor con besito hortera incluido, jijijjiiii
Ya se que me quereeiisssss, muaks muaks muakssss
Jajjajjajajajaj, esa foto cursi nunca la verás!!! Nos sentimos raros hasta con la falda de arrantzal, como para plantarnos un kimono!!!! :-)
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