miércoles, 23 de septiembre de 2015

LA VUELTA A CASA...

A pesar de los contratiempos que siempre surgen durante una vida nómada, nuestro viaje iba viento en popa a toda vela. Antes de partir, muchas fueron las gentes que nos auguraban un terrible naufragio, pero hemos de decir que todos los malos presagios se quedaron en puerto.
En Machu Picchu,  Perú 

Durante este viaje, hemos aprendido a navegar, a manejar el timón y, sobre todo, a no amedrentarnos cuando las olas se hacen tan grandes que amenazan con devorarte. Nos hemos atrevido a quitarnos el salvavidas del confort para zarpar en un barquito de papel hacia nuevos mundos, mucho menos monstruosos de lo que nos hacen pensar, sin cocodrilos comeviajeros, ni ballenas carnivoras, ni canibales con hambre de canela y canelón. Hemos pasado de ser marineros a conseguir el título de capitanes, a viajar a bordo de nuestro propio barco, a lidiar con los piratas, y hemos aprendido algo sobre esa vida de la que nadie nos habla: la de vivir en libertad...
Salar de Uyuni, Bolivia 

Pero nada es para siempre, y llegó un momento en el que varias señales nos marcaban el final del camino. Japón sería nuestra última parada en este viaje sin billete de vuelta. No por gusto, pues estábamos en nuestra salsa, conociendo a personas maravillosas, desafinando en karaokes, y poniéndonos chatos a sushi, ramen y gyozas. Pero no hay nada como mirar el extracto bancario para recibir una buena dosis de realidad. Lógicamente, en nuestra cuenta corriente los numeritos iban en descenso a la misma velocidad que bajaba las cuestas el mismísimo Indurain y, como muy bien dice el refranero: "quita y no pon, se acabó el montón".
De fiestuky en Japón

Tras casi un año fuera de casa y nosecuantos países recorridos, nos tocaba pues ponerle fin a la mejor aventura de nuestras vidas. Sabíamos que algún día terminaría, pero nos habíamos acostumbrado tanto a la vida titiritera, que llegó un punto en el que creí que toda mi vida sería así, empacando la mochila para ir de la Zeca a la Meca, y vuelta a empezar...
Chile, Trekking W en Torres del Paine

Aceptar que las cosas se acaban siempre da vértigo, pero llegó el momento de comprar el billete de regreso. Canelón intentaba prolongar la situación recurriendo a todas las artimañas posibles, pero una oferta irresistible para el 5 de mayo titilaba en rojo y con muchas exclamaciones en la pantalla del ordenador. Nos hubiera gustado que fuera una oferta trampa, o hasta un "virus hacker", pero no... La oferta era la pera y había que ponerse serios. Todo esto llegaba a su fin.

Hacer la mochila por última vez resultó la mar de extraño. Se nos puso un nudo especial en el estómago, como esos que nacen cuando te vas a casar, estás en plenos exámenes, o te llama tu jefe a su despacho. Y entonces yo pensaba en mis sobrinos, en el enorme abrazo que les iba a dar, apretándolos tan fuerte contra mí que tuvieran que quejarse de que casi les rompo una costilla. En las croquetas de mi madre y en lo contenta que se pone cuando le digo que están buenísimas. En las risas con los amigos, en mi playa de Gorliz, las txosnas de fiestas, el pavo de Navidad... Todas esas fotografías, quizás un pelín idealizadas en el engañoso recuerdo, me ayudaban a sobrellevar el final del GRAN viaje y, sin duda, eran lo único positivo de acabar con nuestra vida nómada. Verlos a todos ustedes.
Cataratas de Iguazú, Argentina

Montarse en el avión de vuelta fue duro. Y alegre. Y tan triste como cuando te despedías de tus amigos en las colonias de verano, consciente de que, por mucho que intercambiaras direcciones y números de teléfono, jamás volverías a verlos. Sí, resultó duro, porque ésto señores, no ha tenido nada que ver con un viaje vacacional. Porque ahora entiendo a esa gente que insiste en diferenciar el término viajero con el de turista. Porque este viaje no ha sido un paréntesis en nuestras vidas, ni un escape, ni una locura para desconectar de la rutina. Este viaje ha sido el comienzo, siempre difícil, para encontrarnos a nosotros mismos y despertar.
En Laos

Dejarlo todo para recorrer mundo no es mejor ni peor que seguir con tu vida de siempre. Ni insustancial o responsable. Ni una decisión loca o cuerda. No se trata de sentar cabeza o volverse majaras (qué manía con poner etiquetas a la vida...) Simplemente, algunas personas necesitamos soltarnos de la mano del confort, para comprobar que la vida se puede vivir tal como la sueñas.
Celebrando la Navidad en las Islas Fiji

Me he pasado la vida envidiando a la gente normal. A la que se siente a gusto en donde ha nacido. A la que encaja en el entorno, nunca se queja de la lluvia, y no le supone un esfuerzo sobrehumano atarse las alas a las muñecas. A los que ni siquiera tienen alas, qué carajo... Y sé que hay más gente como yo. Gente con unas alas enormes que, por esa tonta intención de formar parte de la manada, se empeñan en apretarlas tan fuerte contra la espalda que son capaces de quedarse sin aprender a volar.
Comprando billetes de bus en Tailandia

Ahora sé que somos muchos. Que no todos nacemos para comprarmos un piso o formar una familia. Ni para trabajar treinta años en la misma empresa. Ni para programar todos nuestros pasos. Ahora lo sé. Que algunos preferimos vivir a lo Matrioska, sacando de una vida muchas vidas posibles. Que hay mil maneras de entender y de vivir la vida, y que ninguna es mejor o peor. Ahora sé que SE PUEDE VIVIR COMO SE SUEÑA, sólo hay que ATREVERSE.
Comiendo en Nueva Zelanda

Aterrizar en Madrid fue extraño. Oír castellano por todas partes, pagar con euros, desayunar porras... Al principio se hacía raro, hasta que nos abalanzamos los dos hacia un bocata de jamón, y ese primer tarisco nos hizo sentirnos como en casa. Sí, es cierto eso que dice todo el mundo: se echa de menos la pata negra. Y el serranazo también. Y hasta el chorizo pamplona y las croquetas mortero de los bares de carretera. Se echa de menos todo, y a todos. Y es que los viajeros no somos inmunes al recuerdo, es más, muchas veces, echamos mano de la nostalgia para sobrellevar un mal día.
De paseo en Bali, Indonesia

Con ilusión y nervios, por fin pudimos abrazar a nuestras familias, que nos esperaban en la parada de Termibus de Bilbao, con sonrisa y pancarta incluida. Abrazos, preguntas, y unas ganas tremendas de saber todo lo que ha pasado en un año resumido en cuatro minutos.

Ya llevamos unos meses por aquí, poniéndonos lilis a jamón, paella o percebes (cuando invitan). Pero qué curioso, amigos, ahora lo que echamos en falta no es el ibérico, sino el ramen, el asado argentino, el picante tailandés, el sticky rice, o los negitoros de Morita San. Y es que uno echa de menos siempre su casa, y es una maravilla que tu casa sea el mundo.

De momento vamos tirando, intentando adaptarnos a esta nueva situación estática. A veces nos escapamos a La Rioja, a Cádiz, a Donosti... Pero cualquiera sabe, quizá un día de estos nos entre antojo de sushi y volvamos a hacer las mochilas para seguir descubriendo la definición del mundo. Sin billete de vuelta, que nos va la marcha...
Gracias a todos los que nos habéis acompañado en el camino, vuestros mensajes de ánimo son mucho más importantes de lo que pensáis...

 ¡FISGA, COTILLEA Y SÍGUENOS!
FACEBOOK    TWITTER    INSTAGRAM
CONTACTO: canelaycanelon@gmail.com

6 comentarios:

  1. Qué bonito! Ha sido un placer hacer este viaje contigo! Eres muy grande Canela!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias querido Canelón!!!! Tú sí que eres grande, chicarrón!!! ;-)

      Eliminar
  2. Precioso relato! Emotivo, fresco y con un toque de positivismo que me da fuerza para toda la semana!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, me alegro! Qué pena no saber tu nombre... Un abrazo!!!

      Eliminar
  3. Ya decía yo que no veía más mensajes en el blog....ya era hora!!! Jejeje Estoy segura de que el estado viajero no ha hecho más que empezar!! Que resumen más bonito!! Seguro que hay una segunda parte!! Nunca hay que apartarse de lo que a uno le gusta hacer!! Muchos mususs.
    Maitane

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Musus Maitane!!!! Amenazamos con escribir más, prometido!!! Eskerrik asko guapa!!!

      Eliminar

MIL GRACIAS POR COMENTAR!!! Intentaremos responderte, aunque no sabemos cuando...