viernes, 5 de diciembre de 2014

DE LA ISLA NORTE A LA SUR, LA MÁS BONITA DICEN...

Nuestros días en la isla norte iban llegando a su fin. El mal tiempo volvió, la Costa Este no nos pareció tan "very nice" como a los neozelandeses (claro que, caían chuzos de punta), y pasamos de largo por Napier porque no nos enganchó demasiado...

Tras dormir en Gisborne y disfrutar de un paseo playero, partimos ilusionados hacia Wellington, donde coger el ferry para llegar hasta la isla sur, más bonita dicen... La pequeña capital neozelandesa nos pareció una ciudad acogedora, con cierto aire bohemio, pero del estudiado, creo que ahora lo llaman bohemio-chic... Tiene una pequeña calle de tiendas con bonitos escaparates, gentes modernas que pasan en sancheskis, y algún artista callejero tocando la guitarra a cambio de la voluntad. Y también una calle de bares, con un ambiente muy majo para tomarse algo.

Un día es más que suficiente para recorrerte Wellington de cabo a rabo, así que al día siguiente ya estábamos montados en el ferry con La Viejuna incluida. Por supuesto ella se quedó abajo, en el garaje, y nosotros disfrutamos de un "crucero" movidito en cubierta.... Llévense pastillas si son propensos al mareo!!!

Pasadas tres horas y algún sandwich para hacer masa en un estómago revuelto, por fin llegamos a Picton, así que ya estábamos en la isla sur. Cogimos a La Viejuna con ganas, ilusionados por descubrir nuevos paisajes, y aunque eran muy parecidos a los de la isla norte, nos siguió entusiasmando el azul del agua...

Pasado Nelson, donde aparcamos para comer, paramos en el Parque Nacional Abel Tasman, que teníamos muchas ganas de visitarlo, y sin duda os recomendamos. Hay opción de realizar varios trekking de duraciones distintas, aunque es conveniente que consultéis las mareas. Pudimos disfrutar de una buena caminata con bonitas vistas, combinando trekking por la montaña con un pequeño descanso playero en Apple Tree Bay. Sin duda, uno de los días más bonitos en New Zealand.

Al día siguiente condujimos por una de las carreteras costeras más bonitas del mundo según la Lonely Planet y, como lo dice la Lonely, también es "la carretera costera más increíble que nunca he visto" para mucha gente. Venga, hombre, la costa era chula, pero una de las 10 mejores del mundo... ¡¿pero éstos de la Lonely no han estado en Euskadi, o qué pasa?!

Por el camino paramos en Punakaiki para ver sus famosos bufones, pero como el mar estaba muy tranquilo, ese día no hubo bufones y volvimos a la furgo empapados y con unas fotos muy malas. Menos mal que hace unos años vimos unos bufones en Asturias, mira por dónde, cerquita de casa. Obviamente no es lo mismo, pero quien no se consuela es porque no quiere...

Hasta el gorro del frío y de la lluvia, y con la moral un poco por los tobillos, intentamos animarnos pensando en la siguiente parada, el glaciar Franz Josef. Por supuesto te venden paquetes para pisar el hielo a precios que no podemos pagar, así que nos decantamos por visitarlo a pie, que encima es gratis.

El paseo no estuvo mal, con pequeñas cascadas por todas partes, pero cuando llegamos hasta el final del camino, a punto estuve de gritar: ¿y dónde está el glaciar? Y entonces lo ví. Allí estaba, a lo lejos, pequeño y a punto de desaparecer. Tuvieron suerte los que lo vieron en 2008, porque desde entonces ha retrocedido tanto, que hoy día sólo puedes llegar a él en helicóptero. Pensamos en el Perito Moreno e hicimos como La Pantoja para salir en la foto, "dientes, dientes..."

Y esto es todo, amigos. Seguimos viendo montañas, pinos, lagos... ¡y descubriendo por qué Nueva Zelanda es tan verde!

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