Este fin de semana estuve de nuevo en el teatro Arriaga, pero esta vez no hubo bailes en platea, ni cánticos, ni fotos al artista... Fui a ver una obra totalmente distinta, la archiconocida "En el estanque dorado", adaptación teatral de la novela de Ernest Thompson, que más tarde se convirtió en una oscarizada película, allá por 1981... (si alguien la busca la puede encontrar aquí)
El teatro Arriaga volvió a llenarse, como viene siendo costumbre cada vez que cuelgan en cartel una obra OBRA, tal como nos dijo la azafata, así que tuvimos que conformarnos con una entrada de visibilidad reducida. ¡Malditas todas las columnas del Arriaga! Aún así, disfruté de la obra, dirigida por Magui Mira, desde el primer segundo...Héctor Alterio y Lola Herrera compartían protagonismo, los dos grandes artistas con muchas tablas, pero, para mí, él tiene algo especial... (¡Lo siento Lola!) Me encanta la naturalidad con la que se expresa, cómo se mimetiza totalmente con el personaje, hasta el punto que no ves a Héctor Alterio por ninguna parte... para mi aquel hombre no era un actor, era Norman, un anciano irónico con mucho miedo a la muerte. Aunque pueda sonar contradictorio, quizá sea la sencillez de Héctor Alterio lo que le hace tan grande...
La historia se desarrolla en la casa de veraneo de los Thayer, "El estanque dorado", y mezcla el drama y la comedia hasta el punto de hacerte llorar mientras sonríes. Previsible, líneal y con poca acción, la historia logra salvarse gracias a la vitalidad de Lola Herrera y la ternura que despierta Héctor Alterio.
En cuanto a la escenografía, apenas unos pocos muebles y un bosque como telón de fondo. Me gustó mucho sentir cómo la casa iba cobrando vida, así como la elección de meter algo de música en momentos puntuales.
Si tuviera que poner un pero, sin duda, me quejaría de que la voz estaba amplificada. Una voz natural hubiera creado más calidez y cercanía con el público... pero es cierto que en esta época del año los catarros y las toses abundan, así que lo perdono.
La recomiendo, sobre todo, para la gente de cierta edad, aunque también la juventud puede disfrutar de ella, ¡por supuesto! (yo soy treintañera y me gustó), pero pienso que te identificas más con la historia y personajes si tienes más años. De hecho, el cartel no invita mucho a que la juventud se acerque a verla... ¿No os parece un panfleto para el inserso? ¡Es terrible!
FIN DEL ACTO
Gente en pie, aplausos y tres bajadas de telón...
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