domingo, 2 de noviembre de 2014

PERITO MORENO, ABRÍGATE Y DISFRUTA DE ESTA MARAVILLA...

No era la primera vez que íbamos a ver un glaciar, pero puede que por lo famoso, lo grande, por aquello que decían que era el único que avanzaba o yo que sé por qué, éste era especial. Íbamos en el bus como dos chiquillos, con el nervio en el estómago, como cuando ibas de excursión con el cole. No nos defraudó.

Nada más llegar, vimos una inmensa mole de hielo primitiva. Canelón se preguntó en voz alta si, en caso de que el glaciar se derritiese, saldrían mamuts de allí abajo. Y dinosaurios, le contesté.
Comenzamos a descenser por la pasarela, y antes de llegar a ver el glaciar, ya se oían unos ruidos que te hacían pensar que te encontrabas en plena guerra de Yugoslavia. Eran como pequeñas bombas que se escuchan a lo lejos, tiroteos entre bandas rivales o, si tienes un día más festivalero, como los cohetes de las fiestas. Obviamente, se trataba de desprendimientos de hielo que pudimos observar bien de cerca una y otra vez. A medida que pasaban las horas y el ambiente atemperaba un poco, porque hay qué ver el frío que hacía, eran más constantes y enormes. Vimos cómo una pared entera se desplomaba ante nosotros, creando una cascada de briznas de hielo que formaban un pequeño tsunami en el agua. Fue tan asombroso de ver como alarmante.
Por supuesto, esta maravilla natural se ha convertido en todo un negocio. Te venden travesía en barco para ver los desprendimientos (los ves sin necesidad de barco), trekkings por el hielo (es caminar por hielo, como cualquier hielo de otra parte del mundo, pero éste cuesta más), minitrekking económico, sesión fotográfica... Solo les falta ponerte un whisky con hielo del glaciar y cobrarte como un viaje a la luna.
Nosotros nos limitamos a contemplarlo por cada una de sus perspectivas, y así pasamos cinco horas embobados, abriendo la boca con cada nuevo desprendimiento, preocupándonos por el calentamiento global, y pronunciando la palabra azul durante toda la mañana. Y es que nunca antes habíamos visto tan de cerca ese azul que denota antigüedad. Ese azul que nunca sale en las fotos, ni en los documentales de la tele... Ese azul que una tiene que ver con sus propios ojos. Ese color tan bonito es algo así para el hielo como para nosotros las arrugas. Se ve que el tiempo, en ocasiones, embellece.

DATOS PRÁCTICOS:
- Entrada al Parque Nacional Los Glaciares: 240 pesos para extranjeros.
- Bus al Perito Moreno: 250 pesos ida y vuelta con RP transportes. Lo compramos en la terminal de buses. Mirad bien porque otras compañías cobran 300 y tiene horarios diferentes.
- Navegación corta por el Perito Moreno: 180 pesos.
- Otras actividades: existe la posibilidad de realizar una navegación larga, de unas 8 horas, para visitar más glaciares, no sólo el Perito Moreno.  Cuesta unos 800 pesos. También existe la opción de hacer caminatas por el hielo.
- Para llegar al Calafate: Para visitar el Perito Moreno tenéis que llegar primero al Calafate y dormir allí. Lo más habitual es ir en avión porque cuesta parecido a un autobús.  Puedes conseguir vuelos por 100 euros en Aerolíneas Argentinas.

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